domingo, 6 de noviembre de 2011


Muy cerca
Eva Palencia

Entro en el baño y antes de cerrar la puerta la veo cruzar el pasillo, de luto, como iba siempre. Sin mirarme desaparece y, cuando salgo para comprobar si estoy loca, percibo su olor.

Desde el salón la observo entretenida comiendo en la cocina, absorta en la tarea de dejar los huesos de pollo más limpios que una patena, sonriéndome de perfil.

Antes de dormirme, mi espalda roza la suya, como lo hacía cuando era pequeña y, después de cenar, me acercaba a su casa para que no durmiese sola y no se pasase la noche entera llorando la muerte de su hija, mi tía Mery.

Mi abuela se fue hace demasiados años pero, por suerte, nunca ha dejado de volver.

domingo, 23 de octubre de 2011


Autorretrato
Eva Palencia

A mí también me pasa, no me gusto en las fotos. No sé... la expresión de la boca, el perfil, la ropa del día en cuestión... no hay manera. ¿Así soy yo? Me pregunto continuamente. ¿Por qué las fotos me muestran tan diferente a como suelo verme en el espejo? No es que me apasione mi imagen reflejada, pero reconozco que muchas veces me satisface, por ejemplo, con el pelo recién lavado, cuando me arreglo para salir, algunos días en los que tengo una mirada más brillante y una piel más limpia.
Puede que me intimide la mirada de los demás al posar y me sea imposible mostrar naturalidad. Para descartar opciones me he encuadrado a mí misma y me he mirado a los ojos como si en realidad no estuviese ante el objetivo sino tras él, desdoblándome. El resultado sigue siendo raro. ¿Esa soy yo?

sábado, 22 de octubre de 2011



Trozos del Paraíso
Eva Palencia

Fuimos hasta Valdesotos, a una media hora de Guadalajara. Hacía calor, del tipo pasado ya de estación, un poco pegajoso. Nada más llegar comenzamos a andar por el camino, con la comida a cuestas. Al minuto Samuel quería comer y paramos cerca del puente, al lado del arroyo. Tortilla, mejillones y poco más. Tiramos piedras al agua y fotografié las hojas de colores de una higuera. Continuamos hasta perdernos. Al cabo de un tiempo conseguí encontrar el paso de piedras que cruza al otro lado del arroyo y que, entre una vegetación casi imposible, conduce a la cascada y a la poza de plata. Nos quedamos allí durante un buen rato, extasiados, y luego volvimos.

domingo, 16 de octubre de 2011


El tiempo
Sara Gómez

Soy diferente a como era hace unos años. Muy diferene. Ya no sueño las mismas cosas. Mi mente deambula por sitios distintos a los elegidos antes. Mi cara ha cambiado. Mi cuerpo es más pequeño. Mis manos se parecen a las de mi madre. Ya no soy yo, la qué tú conociste, la que yo conocí. Ahora he perdido el miedo, completamente. ¿Qué más puede pasarme? Sólo esa angustia permanece, esa que solía tener al despertarme.

Finca Río Negro (Cogolludo)
Eva Palencia

Hay lugares que enseguida te enganchan, nada más llegar a ellos se te pegan a la piel. Hay otros, en cambio, que se acercan con un leve roce, de puntillas. Pero con el paso del tiempo éstos también acaban atravesando la epidermis y penetrando en lo profundo del ser, de forma lenta. Yo he tardado mucho en darme cuenta de que debía ser paciente y dejarme acariciar por estos paisajes, simplemente eso.

domingo, 9 de octubre de 2011


La soledad de Lemon.
Eva Palencia

Samuel había acabado su cena y se disponía a prepararse el postre. Yo, más lenta, seguía entretenida con el filete y las noticias de la noche. De pronto, Samuel se puso ante mí y con cara compungida me dijo:
- Mamá, ha sucedido algo.
- ¿Qué has hecho esta vez?¿se te ha vertido la leche?
- No, algo peor. Creo que Orange se ha muerto. No se mueve.
Me levanté rápidamente y entré en la cocina. En efecto, no abría la boca, ni batía las aletas. No se desplazaba de un lado a otro, no rozaba las paresdes de la pecera con los labios ni giraba su pequeño cuerpo repentinamente cuando yo golpeaba suavemente la pecera con mis dedos. No hacía ninguna de esas cosas que solía hacer desde que lo habíamos traído a casa, cinco días atrás, desde que había empezado a convertirse en una presencia habitual, en parte de nuestra rutina y nuestra vida. Había dejado de ser y ahora siemplemente estaba.
Samuel se sentía un poco triste, no demasiado. Yo no sabía si tenía que sentir algo.
-¿Qué hacemos mamá, lo enterramos?
-Si,claro.
Lo cogimos y después de repasar las posibilidades decidimos poner su cuerpo al lado de la lavanda que habíamos plantado a la entrada de la casa. Seguidamente lo cubrimos con la tierra y tras lavarnos las manos nos plantamos delante de Lemon a observar cómo se desplazaba de un lado a otro ya sin compañía.

martes, 4 de octubre de 2011


Orange y Lemon
Eva Palencia

Estos peces ahora viven conmigo. Samuel se empeñó en comprarlos y no pude negarme. Por las mañanas, mientras desayuno, me dedico a mirarlos. Se mueven lentamente, la pecera no da para más, abren la boca continuamente, nunca cierran los ojos. Creo que ellos no pueden verme, simplemente, supongo, sienten mi presencia y se asustan cuando pongo mi dedo delante de sus narices, si es que tienen narices.
A las tres, que es cuando Samuel regresa del instituto, les damos de comer. A veces Orange se traga prácticamente todo dejando a Lemon mustio. Otros días sucede justo lo contrario.
Nos imaginamos que se llevan bien, que se están haciendo amigos, pero no sé yo, en el fondo creo que comienzan a no soportarse. Demasiado tiempo juntos sin prácticamente nada que hacer.

domingo, 25 de septiembre de 2011



Parte de mi cuerpo
Eva Palencia

Intento no olvidarme de mis pies. En verano, con tantas distracciones, los descuido y ellos protestan con grietas. Arrepentida los hidrato cada noche hasta que se vuelven suaves de nuevo. Los masajeo, les pinto las uñas, los perfumo y así descansan y yo me reconcilio con esas partes tan lejanas de mi cuerpo que a veces no siento como mías.

jueves, 22 de septiembre de 2011



Cortinas de mi antigua habitación (Hinojal)
Eva Palencia

En la naturaleza todo tiende al equilibrio.El salto de la presión atmosférica se equilibra con el viento. La diferencia en temperaturas se compensa por el cambio térmico. Dondequiera que exista el potencial excesivo de cualquier energía surgen las fuerzas equiponderantes orientadas a la eliminación de distorsiones.

(Del libro: Reality transurfing. El espacio de las variantes.
Del autor ruso Vadim Zeland)

martes, 20 de septiembre de 2011



La Vera
Eva Palencia


Este verano he viajado por Extremadura de nuevo. He visitado sitios en los que había estado con anterioridad y me han parecido distintos y a la vez familiares. Todo ha cambiado ligeramente con el tiempo: nuevas carreteras, casas, plazas, salas de exposición, bares y restaurantes, nuevos cultivos. Sin embargo mis sensaciones allí siguen siendo las mismas, hay algo muy profundo que me devuelve a la persona que era y que aún sobrevive un poco escondida, transformada por otros paisajes y vivencias, pero inalterable en lo más básico y primigenio.

sábado, 17 de septiembre de 2011



En el patio de mis padres (Hinojal)
Eva Palencia

La parra cubre el patio casi por completo. Los pequeños huecos que dejan algunas hojas permiten la entrada de algún qué otro rayo de sol. Esta mañana un racimo estaba iluminado. Las uvas parecían de cristal.

Plantas en el monasterio de Guadalupe
Eva Palencia

El amor es una energía muy poderosa. A veces me asusta y la quiero sacar de mi cuerpo, encerrarla en un cofre y guardar la llave y así tratar de domarla, pero es incontrolable, no puedo. Por eso me asusta, porque me abduce y me roba parte de mí, y me siento insegura y débil en algunos momentos.

miércoles, 31 de agosto de 2011


La piscina del hotel (Salou)
Eva Palencia

Hace cuatro años comencé a nadar habitualmente. Me di cuenta que nadando podía abandonar mi mente junto a la toalla y así dejar de pensar. También, a veces, asombrosamente, conseguía quitarme el corazón antes de zambullirme y dejaba de sufrir durante treinta largos. Nadar me salvó. Por eso, desde entonces, cuando viajo me aseguro que todos los hoteles a los que voy tengan piscina, por si acaso, de repente, la vida intenta ahogarme de nuevo.

martes, 9 de agosto de 2011


Lavanda (La Provenza)
Juan Miguel Fernández

Hoy he vuelto a casa y, al salir al patio, me he asustado al ver el canalón hecho pedazos. He supuesto que un fuerte viento lo ha tirado y despedazado contra las plantas que yo había colocado unas al lado de las otras, para que se refrescasen y acompañasen en mi ausencia. De haber estado allí, quién sabe, podría haberme caído en la cabeza y haberme matado. No lo he recogido y, con sumo cuidado, he cerrado la puerta del patio y he vuelto a marcharme sin deshacer la maleta, convencida de que aún no ha llegado el momento de convertirme en quien suelo ser.
Eva Palencia.

lunes, 1 de agosto de 2011



Saintes Maries de la Mer
Eva Palencia

Me gustan los deportes de riesgo aunque yo no practico ninguno. Cuando conozco a gente que hace alpinismo, se tira en paracaídas o se lanza desde un puente, la observo y luego paso al interrogatorio. ¿Por qué?
La respuesta suele ser vaga y yo sigo con mis cuestionamientos. Creo que me gusta la gente rara, en toda la amplitud del adjetivo. Creo que no entender tiene sentido.

martes, 17 de mayo de 2011


El pozo
Eva Palencia

En el pozo hay una mano negra que sale si te asomas. Yo nunca me asomé hasta hoy. Fui protegida por la cámara y la mano no salió. Esperé durante horas y nada y entonces me cansé y disparé. Mi padre se asustó y me regañó y yo puse la cámara en el suelo y lo abracé. Volví a mirar ya sin cámara y la vi. No era negra, como siempre habían dicho, era una mano pálida, sin vida.

Tu cuello
Sara Gómez

Me gusta besarte el cuello. Cuando me apetece morderlo me reprimo y simplemente lo rozo con mis dientes. Me alejo a veces de él, tratando de aplacar las ganas y, cuando ya se calman, me acerco de nuevo y lo paseo con mi lengua. Adoro tu cuello, la delicadeza de la piel, la transparencia... Me gusta dormirme acurrucando mi cabeza en él, tapándome con tu pelo si hace frio.

jueves, 12 de mayo de 2011


Pavo blanco
Eva Palencia

Ayer daba un paseo por los maizales. Había muchas flores silvestres, de mil colores. Inspiré lentamente su agradable aroma con los ojos cerrados. Intenté descifrar hacia dónde me llevaba el olor. Después, las desnudé una a una e introduje mis ojos en su complejidad interior. Hice un viaje al mundo minúsculo, ese que reproduce el galáctico, y, al regresar, recordé las palabras de Roy en Blade Runner:

Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais...
atacar naves en llamas más allá de Orión,
he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta Tannhäuser.

Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.

Es hora de morir.

"Yo no he visto tanto", pensé, y seguí mi camino.

martes, 10 de mayo de 2011


Sahara
Juan Gálvez

Yo quería ir a la escuela. Le daba la tabarra a mi madre cada día y ella, cansada de oirme, me llevó. La maestra dijo que aún no tenía la edad, que tenía que esperar, y nos volvimos a casa de nuevo. Mi madre se puso a barrer y yo salí al corral y empecé a matar hormigas.

viernes, 6 de mayo de 2011


Desfile de carrozas (Marchamalo)
Eva Palencia

Hace poco, de forma casual, descubrí por qué me apasiona Oriente. Había entrado en una librería y en la zona de libros de arte comencé a hojear uno sobre China. Me detuve, inconscientemente al principio, ante una lámina que ilustraba a una mujer con quimono frente a un paisaje. Yo había estado allí, hacía mucho tiempo, cuando, de niña, copié esa misma escena en la escuela de mi pueblo. El pasado se presentó de sopetón, ante esa imagen que convivió conmigo un par de tardes, puede que más. El pasado y la razón de mi interés por lo oriental.

lunes, 25 de abril de 2011


Rodeando el Lago de Bañolas
Eva Palencia

Ya hablamos poco, comentamos las cosas del dia a dia, el tiempo que hace, lo que ha dicho mi hermana, lo que vamos a comer o cenar. Para qué hablar a estas alturas. Son demasiados años compartiendo el despertador, las tardes del domingo, las desgracias comunes y las que no lo son y que han acabado siéndolo. No hay fronteras entre nosotros, sólo transparencias.
Caminamos al unísono y del brazo y me gusta mucho más de lo que me gustaba antes, cuando todo era un misterio.

viernes, 15 de abril de 2011


Suavidad
Sara Gómez

Hoy me he despertado a las siete y cuarto, como casi siempre, y no me he levantado hasta y media. Ese cuarto de hora es una eternidad que me amenaza a diario, cada vez que, por sumirme en experincias que no pertenecen ni al sueño ni a la vigilia, pierdo la noción del tiempo y luego, entre topezones y prisas, consigo no llegar tarde al trabajo.
Tengo una buena relación con las sábanas y mantas de mi cama. Las quiero y me adoran. Nos abrazamos cada noche y así nos despertamos. Ellas me hacen soñar y yo las acompaño en esa soledad que sufren las cosas. Nos llevamos muy bien y, por eso, nos añoramos en la distancia. Mañana, por ejemplo, las echaré de menos, pero sólo en parte, pues aunque mañana ya no estaré en mi casa, ni en mi cama, podré prolongar mis sueños, mi tiempo nocturno, y también esos minutos tan extraños que preceden a la activación de mis extremidades.
Me voy de vacaciones.

sábado, 9 de abril de 2011


El agua está fría
Sara Gómez

No sé qué hacer. Hace frio pero no mucho y además estoy completamente sola. Problemas, ninguno, el vestido mojado y poco más. Puedo adentrarme unos metros y si no lo aguando me salgo. Aunque no lo creo. Cuando empiezo a nadar me convierto en pez. Mi mente se derrite y se fusiona con todo ese agua y me entero de cosas, esas cosas que en el mundo seco no se saben y tampoco importan. Voy a atreverme porque quiero ser una arriesgada, que no se diga de mí que fui pusilánime y que no opté por la via de los sentidos. Todos los sentidos, los conocidos y los que no tienen nombre como el sentido del mar, que yo poseo...
¡Qué maravilla!

lunes, 4 de abril de 2011


Siesta
Juan Gálvez

Hace mucho tiempo, en verano, mis padres se echaban la siesta en su habitación mientras mis hermanos y yo enredábamos en el patio. Inundábamos hormigueros, desalábamos moscas, chinchábamos a mi hermana pequeña hasta hacerla llorar y luego, con gran esfuerzo, conseguíamos que se calmase y que no despertara a mis padres. Cuando me aburría de tanta tontería me metía en la casa y me tumbaba en el pasillo, para sentir el frescor del suelo de cemento sobre mi espalda. Mi gata se acercaba a mí y recorría mi cuerpo con su suave lomo, pidiendo una caricia.

miércoles, 30 de marzo de 2011


Arcoiris
Eva Palencia

Nada me sorprende tanto como el cielo. Me gustan los rostros de la gente, las plantas, me encanta el agua y sobre todo los reflejos de los árboles sobre su superficie, pero el cielo es el sumum. Le haría una fotografía diaria, como Auggie, de la película Somoke, que cada mañana fotografía la esquina donde está su tienda de cigarrillos, en Brooklyn. Yo, que no tengo tienda, encuadro cielos, los nublados y plateados, los rojizos del atardecer, los azules de dias soleados, todos... También persigo arcoiris esquivos con mi coche, rebasando el límite de velocidad, hasta que desaparecen de la misma forma que surgieron, por arte de magia.

viernes, 25 de marzo de 2011


Escala de grises
Elena de Andrés

Hoy es un dia prescindible. Yo lo arrancaría del libro de los días que se suceden para que no metiese bulto. No sé si la culpa es del día, mia o de mi vecino, que me ha despertado a voces, las que le daba a su mujer por no sé qué tontería. Y es que uno casi siempre discute por lo más tonto, pocas veces por lo verdaderamente importante y así, cuando ya nada tiene solución, no sabemos qué ha pasado en realidad.

domingo, 13 de marzo de 2011


La habitación (Rabuni)
Juan Gálvez

Viendo cómo el mar ha vomitado en mi pueblo toda su rabia, aplastando mi corazón hasta hacerlo desaparecer, me he sentado en la cama de este país lejano y he cerrado los ojos para recordar, por última vez, la casa en la que nací, la calle donde jugaba, la gente que me conocía y a la que yo solía saludar cada día. Y aquí, sobre estas sábanas, he pensado que nunca volveré a ser quien era, que ya no sabré quién soy, que a partir de ahora vagaré por el mundo siendo un fantasma aún más invisible, sin pasado...

viernes, 11 de marzo de 2011


Espacios corporales
Eva Palencia

No es fácil conocer un cuerpo. Son demasiado vastos, inmensos, infinitos.Y además mutables y caducos. Donde antes había una montaña, puede abrirse un valle, de pronto, sin previo aviso. Donde había un bosque surge la tundra. Yo me pasé años caminando el mismo cuerpo, cada día, cada estación. Es poco lo que puedo decir de él. He observado algunos más desde entonces, sin llegar a saber demasiado, sin comprender muy bien hasta dónde había llegado, qué me quedaba por hacer. También me fijo en el mío, a diario, y es el que más desconozco.

domingo, 6 de marzo de 2011


Se acaba el día
Elena de Andrés

Hace algún tiempo, no mucho, tenía pánico a la soledad. Más de una hora alejado de cualquier presencia humana lo sumía en una angustia desconcertante. Vagaba por la casa dejando un rastro nervioso. Abría la nevera y comía cualquier cosa, sin hambre. Se tumbaba en la cama, no más de cinco minutos. Volvía al estudio. Se mordía las uñas. A veces se duchaba para olvidarse del tiempo, para dejar de sentir el vértigo de saberse sin compañía.
Ahora todo es bien distinto. Ya no se teme. Se ha reconciliado consigo mismo y sabe cómo soportarse, sin miedo. Hoy, por ejemplo, ha disfrutado de la frescura del sol de marzo, del relax de una comida frente al televisor, de la lectura en el sofá, de un café con la mente en Babia, de un par de conversaciones telefónicas, de tres capítulos de su serie favorita, de los colores del cielo, de no tener prisa, del silencio ...

viernes, 4 de marzo de 2011


Nieva en Marchamalo
Samuel Rodríguez

"De nuevo nevaba. Somnoliento, vio cómo los copos, de plata y de sombras, caían oblicuos hacia las luces. Había llegado la hora de variar su rumbo al Poniente. Sí, los diarios estaban en lo cierto: nevaba en toda Irlanda. Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el mégano de Allen y, más al Oeste, suave caía sobre las sombrías, sediciosas aguas de Shannon. Caía así en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz corva y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos." (final de "Los muertos", del libro "Dublineses" de James Joyce)

domingo, 27 de febrero de 2011


Gotas atrapadas
Eva Palencia

LLueve en el lago y se forman círculos. Los hay de todos los tamaños. Los círculos procrean hasta que dejan de verse sin llegar a desaparecer. Adam Fuss fotografía la relación entre los círculos, cómo se tocan, cómo los unos provocan vibraciones en los otros. Quizás una de esas gotas que parece perderse en el lago sea la que, sin querer, provoque el próximo terremoto, o maremoto.
Hay una exposición de las fotos de Adam Fuss en la fundación Maphre, en Madrid. Es muy sugerente.

martes, 15 de febrero de 2011


Una niña pequeña
Juan Gálvez

Cuando sea mayor quiero tener estos ojos tan grandes y negros, esta mirada directa y limpia, esta luz. No quiero que me pase como a esa gente que al cumplir años vacía la mirada y, sin ilusión, se limita a sobrevivir. No, yo no seré así, no quiero ser así, ¿y tú?

Vacaciones
Choco

Necesito aletargarme durante unos meses. Quiero dormir y dormir sin tener pesadillas y, lentamente, despertar pensando que nada ha sido un sueño y que ha llegado junio y que en pocas semanas podré disponer de todo mi tiempo. Vivir en un mundo ligeramente distinto al mio, eso es lo que quiero.

jueves, 10 de febrero de 2011


Las verduras de mi padre
Eva Palencia

"No quiero amargarme recordando cómo, tras la muerte de los abuelos, mejor, tras la muerte de la abuela que fue la última en dejarnos, se malbarató aquel patrimonio del alma que mi padre y los tíos, supongo que bajo la influencia de mi madre y de las tías, pusieron a la venta de forma precipitada en un solo lote al mejor postor, un lote que incluía tierras, casa, huerto y hasta una finca de robles y encinas para que no quedara recuerdo ni vínculo alguno con el pueblo y que nos dejó a los primos y a mí huérfanos para siempre, alejados de aquel paraíso en el que habían transcurrido los momentos más dichosos de nuestra infancia y adolescencia. Por supuesto, actuaron a nuestras espaldas; no se les pasó por la cabeza pedir opinión a unos monicacos como nosotros."
Ignacio Sanz (del cuento titulado Londres que se encuentra en el libro Las cenas contadas de la editorial Palabras del Candil)

lunes, 7 de febrero de 2011


Torres gemelas
Juan Gálvez

"En cuanto te veo la voz se me corta, la lengua se me traba, un tenue fuego corre bajo mi piel, nada veo con los ojos, los oídos me zumban, el sudor me inunda, el temblor se apodera por completo de mí; me quedo más pálida que la mies y casi parezco muerta."
Safo (593 a. C)escribió esto hace mucho tiempo. Yo lo he sentido hoy.

jueves, 3 de febrero de 2011


El salto (Túnez)
Eva Palencia

Hace trece años abrí los ojos y me encontré con la cara de mi hijo recién nacido. Me quedé mirándole mientras dormía durante una hora, pensando en lo guapo que era, en las ganas que tenía de levantarme y abrazarlo, en la imposibilidad de hacerlo por el dolor del abdomen. Hoy ha sonado el despertador a las siete y cuarto, como casi siempre, y me he plantado junto a su cama y, entre el flequillo que no consigue tapar los granos de la frente, una nariz múcho más grande, unos labios abultados por los brackets recién puestos, y unas mejillas casi tan sonrosadas como las del primer día, ha vuelto a embelesarme como entonces y hemos llegado tarde al colegio.

viernes, 28 de enero de 2011


Dos
Xavi Crespo

El fututo no cuenta, el pasado se ha escondido, sólo tú y yo tenemos sentido y en tanto en cuando todo sea así, seré feliz. Me coges de la mano y toda mi energía se pone a mi disposición, y a la tuya. No voy a tener miedo, he visto el límite de mis fuerzas y créelo, no tienen límite. No tengas miedo tú, no te agobies por nada, todo está bien como está, así, los dos juntos, dándonos calor, siendo parte del todo.

miércoles, 26 de enero de 2011


Cabo de Rosas (Gerona)
Eva Palencia

No quiero que se acabe el mundo. Quiero seguir subiendo montañas y mirar hacia abajo y pensar en el infinito. Quiero abrir los ojos y cerrarlos y morirme de placer al recordar lo que he visto. Quiero estar enamorada durante mucho tiempo y que sea real y no un espejismo. Quiero besar a mi hijo cada noche. Quiero envejecer despacio, muy despacio. Y no, no creo en el 2012.

viernes, 21 de enero de 2011


Detalle
Eva Palencia

Mañana tengo un examen y he estado estudiando toda la semana. Me levantaba temprano y me ponía a la tarea, somnolienta. Después de comer y tomar un café volvía a abrir los libros y por la noche igual, hasta altas horas de la madrugada. Tengo la sensación de haber estado en paradero desconocido incluso para mí. Durante estos dias, con la mente ausente, he sido un poco zombie, sin enterarme de casi nada de lo que sucedía ante mis narices o tras las pantallas varias. Me lo he perdido todo. ¿Qué sentido tiene? ¿dispongo aún de tantas semanas como para tirarlas así? Espero, al menos, que mi mente se haya ensanchado hacia algún lado y que algo de lo que he leído, desde todas las posturas imaginables, permanezca.

martes, 18 de enero de 2011


La Luna
Luis Obispo

A veces me despierto en la luna. Estoy desnuda y hace frio y corro para entrar en calor y, de pronto, tropiezo con esas piedras que se ocultan bajo el polvo ceniciento que lo cubre todo. Decido bajar por uno de esos cráteres pensado en que quizás no esté sola, en que no me gustan los lugares tan lejanos y silenciosos. Tengo miedo y también fuerzas para bajar hasta el fondo y allí gritar hasta quedarme afónica y acabar sentándome a esperar. Luego me duermo.

sábado, 15 de enero de 2011


Cádiz brumoso
Eva Palencia

Mi amiga Teresa vive en Cádiz y hace poco fui a visitarla. Ella decía que en Cádiz llueve poco, sin embargo, nos pasamos el fin de semana sin soltar el paraguas. Yo estaba encantada por dos razones, por estar con ella, a la que echo de menos constantemente, y por tener la oportunidad de ver un Cádiz melancólico difuminado entre las gotas del agua.

martes, 11 de enero de 2011



Pez rojo (Lloret de Mar)
Juan Miguel Fernández-Balboa

Ya no me gustan las navidades. A principios de enero creí ahogarme con tantos sentimientos inundando mi atmósfera vital. ¿Soy más débil o más consciente? No lo sé y da un poco igual pues la realidad es la que es. Las navidades muestran mi fragilidad y la de las personas a las que quiero, algunas de ellas ya mayores, como mis padres. Las navidades confirman más que ninguna otra época del año el ágil paso del tiempo, los cambios, las ausencias. Acabo de enterarme de que los Reyes Magos no existen y me siento engañada.