miércoles, 30 de marzo de 2011


Arcoiris
Eva Palencia

Nada me sorprende tanto como el cielo. Me gustan los rostros de la gente, las plantas, me encanta el agua y sobre todo los reflejos de los árboles sobre su superficie, pero el cielo es el sumum. Le haría una fotografía diaria, como Auggie, de la película Somoke, que cada mañana fotografía la esquina donde está su tienda de cigarrillos, en Brooklyn. Yo, que no tengo tienda, encuadro cielos, los nublados y plateados, los rojizos del atardecer, los azules de dias soleados, todos... También persigo arcoiris esquivos con mi coche, rebasando el límite de velocidad, hasta que desaparecen de la misma forma que surgieron, por arte de magia.

viernes, 25 de marzo de 2011


Escala de grises
Elena de Andrés

Hoy es un dia prescindible. Yo lo arrancaría del libro de los días que se suceden para que no metiese bulto. No sé si la culpa es del día, mia o de mi vecino, que me ha despertado a voces, las que le daba a su mujer por no sé qué tontería. Y es que uno casi siempre discute por lo más tonto, pocas veces por lo verdaderamente importante y así, cuando ya nada tiene solución, no sabemos qué ha pasado en realidad.

domingo, 13 de marzo de 2011


La habitación (Rabuni)
Juan Gálvez

Viendo cómo el mar ha vomitado en mi pueblo toda su rabia, aplastando mi corazón hasta hacerlo desaparecer, me he sentado en la cama de este país lejano y he cerrado los ojos para recordar, por última vez, la casa en la que nací, la calle donde jugaba, la gente que me conocía y a la que yo solía saludar cada día. Y aquí, sobre estas sábanas, he pensado que nunca volveré a ser quien era, que ya no sabré quién soy, que a partir de ahora vagaré por el mundo siendo un fantasma aún más invisible, sin pasado...

viernes, 11 de marzo de 2011


Espacios corporales
Eva Palencia

No es fácil conocer un cuerpo. Son demasiado vastos, inmensos, infinitos.Y además mutables y caducos. Donde antes había una montaña, puede abrirse un valle, de pronto, sin previo aviso. Donde había un bosque surge la tundra. Yo me pasé años caminando el mismo cuerpo, cada día, cada estación. Es poco lo que puedo decir de él. He observado algunos más desde entonces, sin llegar a saber demasiado, sin comprender muy bien hasta dónde había llegado, qué me quedaba por hacer. También me fijo en el mío, a diario, y es el que más desconozco.

domingo, 6 de marzo de 2011


Se acaba el día
Elena de Andrés

Hace algún tiempo, no mucho, tenía pánico a la soledad. Más de una hora alejado de cualquier presencia humana lo sumía en una angustia desconcertante. Vagaba por la casa dejando un rastro nervioso. Abría la nevera y comía cualquier cosa, sin hambre. Se tumbaba en la cama, no más de cinco minutos. Volvía al estudio. Se mordía las uñas. A veces se duchaba para olvidarse del tiempo, para dejar de sentir el vértigo de saberse sin compañía.
Ahora todo es bien distinto. Ya no se teme. Se ha reconciliado consigo mismo y sabe cómo soportarse, sin miedo. Hoy, por ejemplo, ha disfrutado de la frescura del sol de marzo, del relax de una comida frente al televisor, de la lectura en el sofá, de un café con la mente en Babia, de un par de conversaciones telefónicas, de tres capítulos de su serie favorita, de los colores del cielo, de no tener prisa, del silencio ...

viernes, 4 de marzo de 2011


Nieva en Marchamalo
Samuel Rodríguez

"De nuevo nevaba. Somnoliento, vio cómo los copos, de plata y de sombras, caían oblicuos hacia las luces. Había llegado la hora de variar su rumbo al Poniente. Sí, los diarios estaban en lo cierto: nevaba en toda Irlanda. Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el mégano de Allen y, más al Oeste, suave caía sobre las sombrías, sediciosas aguas de Shannon. Caía así en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz corva y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos." (final de "Los muertos", del libro "Dublineses" de James Joyce)