jueves, 29 de julio de 2010



Viñeta de Bruselas
Alejandro Moreno

Las nubes juegan con la luz en el cielo de Bruselas, la capital del cómic. Por un momento levanto la mirada y me siento como un personaje más de Hergé. Me quedo parado, estático, como los personajes de aquellos cómics con los que he crecido. Inmortalizo el momento. No sé qué me deparará la siguiente viñeta, Dios sabe qué aventuras me esperan.
Alejandro Moreno

domingo, 25 de julio de 2010


Hermanos (Etiopía)
Nuria Cort Lluís

Yo también tengo dos hermanos. A mi hermana pequeña la cogía en brazos cuando teníamos prisa y me decía que ya no podía más. Yo no era fuerte pero aguantaba, pensar en el sufrimiento de mi hermana me partía el alma y, a veces, cuando el camino era interminable, apretaba los dientes hasta casi reventar. Ella, mientras tanto, enrrollaba mi pelo en su dedo y cantaba las canciones que mi madre le había enseñado, las mismas que yo cantaba cuando ella era sólo un bebé llorón. Mi hermano, el mayor de los tres, estaba fuera, estudiando en un internado y sólo venía en vacaciones. Yo lo esperaba con impaciencia y nada más entrar en la casa me lanzaba a su maleta y la abría para coger las galletas rellenas de fresa que él sabía que tanto me gustaban.

viernes, 23 de julio de 2010


Noche (Berlín)
Paloma Gonzalo Lara

Las grandes ciudades desprenden una fuerte carga de agresividad. Tantos estímulos hacen que el corazón lata con demasiada rapidez. Edificios inabarcables, luces persistentes, locales siempre abiertos, ruidos inagotables... todo contribuye a la aceleración del ritmo vital. La vida transcurre sin pausas, se sucede como loca, con la inconsciencia que tanto aturdimiento provoca y buscando esa inconsciencia pues pararse a pensar podría ser peligroso.

jueves, 22 de julio de 2010


Un recuerdo
Xavi Crespo

Este verano me quedo en casa. No tengo trabajo y tampoco dinero y por eso no hay playa. Me asomo a la ventana de mi salón e intento distraerme con los niños del parque de enfrente. Así paso las tardes. Tener mucho tiempo es como no tenerlo pues sin ganas el tiempo es una tortura. A eso de las nueve, antes de cenar, cierro los ojos y entonces recuerdo.

domingo, 18 de julio de 2010


Turista (Barcelona)
Eva Palencia

Las cosas no se ven de la misma forma cuando una lleva la cámara encima. La mirada se detiene mucho más en los rincones, en los gestos de la gente, en las fachadas de las casas, en las sombras, en todo absolutamente. A veces es agotador y por lo tanto recomendable aparcar la cámara y simplemente mirar de forma relajada, sin tensión.

viernes, 16 de julio de 2010


El viento (Guinea Ecuatorial)
Pep Bruno

Tengo vértigo. Mirar hacia abajo desde las alturas me produce un ligero mareo que aumenta hasta convertirse en leve dolor y, finalmente, si no me aparto, angustia. Aún así, me gustan los acantilados. Cuando me aproximo a ellos lo hago sigilosamente hasta detenerme a una distancia muy prudencial del abismo. Entonces extiendo los brazos y cierro los ojos y, cuando la fuerte brisa rasga mis mejillas, me gusta gritar y sentir que salgo de mí.

jueves, 15 de julio de 2010



Desde arriba (Barranco de la Hoz)
Jesús de los Reyes

Cuando estoy en el extranjero siento una curiosidad intensa por todo lo que me rodea. Viajo continuamente con una especie de ansiedad por verlo todo, por no perderme nada, como si fuese la única oportunidad que tengo de estar allí, como si nunca más fuese a volver. Sin embargo, una vez en casa, inexplicablemente, la curiosidad desaparece y me instalo en los lugares comunes sin que se me pase por la mente la idea de que hay muchos sitios que no conozco y que están a un tiro de piedra y que además pueden ser mucho más interesantes que los que he visto en lugares lejarnos.

martes, 13 de julio de 2010


Fiesta (Senegal)
Nuria Cort Lluís

Cuando mi familia se reúne para bailar soy feliz. A mi padre le gusta la música, una vez me dijo que lo que más anhelaba era no haber aprendido a tocar la guitarra.
- Nunca es tarde, papá- le dije yo.
- Si lo es hija. Mira mis dedos.
Sus dedos eran demasidado gruesos y agrietados para las finas cuerdas de la guitarra.
- Bueno, pero aún puedes cantar y bailar- añadí.
- Sí, es verdad.
Y al acabar de decirlo cogió a mi madre y se puso a bailar con ella. Y yo sonreí.

domingo, 11 de julio de 2010


Peces (Tenerife)
Xavi Crespo

Estoy en el mar. Noto un hormigueo en las piernas. Al principio me asusto pensando en medusas pero veo que son pececillos. Continúo avanzando y me siguen. Mosdisquean mi espalda, mis brazos, mis pechos. Comienzo a nadar y me alejo. La orilla se pierde en la distancia. Cada vez hay más peces. Los toco en cada brazada. Intento no dañarlos. Son suaves. Me canso de nadar y ellos me sostienen. Me dejo llevar. Confío en ellos.

sábado, 10 de julio de 2010


Hojas de árboles muy verdes
Eva Palencia

Me escondí detrás de una gran roca y esperé. Se oía el agua y el trino de los pájaros. Nada presagiaba lo que iba a suceder. Vi una sombra y cerré los ojos, sin fuerzas ya para seguir huyendo. Perdí la consciencia. Al cabo de un tiempo, mucho, desperté en otro lugar. Nada me resultaba familiar. Sólo las hojas.

jueves, 8 de julio de 2010


Mar de nubes
Jesús Díaz González

Yo creía que las nubes eran como una cama elástica. Además, pensaba que eran muy suaves, e incluso dulces. La primera vez que subí a un avión y las ví de cerca quise abrir la ventanilla para tocarlas, y, quién sabe, saltar sobre ellas. Una azafata me detuvo y me trasladó a un asiento de pasillo.¡Qué bruja!

miércoles, 7 de julio de 2010


Vieja fábrica de papel (Gárgoles de Abajo)
Eva Palencia

Los lugares abandonados imponen pues están llenos de fantasmas dormidos y hay que caminar en silencio para no despertarlos. Estos lugares salpicados de herrumbre, telarañas y putrefacción son devorados por madreselvas que se cuelan por puertas y postigos y, sin permiso, engullen máquinas ya inservibles y restos de lo que en otro tiempo era la vida. Estos lugares oscuros tienen una belleza de otro mundo que puede pasar desapercibida para algunos.

martes, 6 de julio de 2010



Pavo Real
Begoña García Martínez

Tengo que reconocer que soy coqueta. A veces abro el armario y escojo unos pantalones y una camiseta, me miro al espejo y me quito la camiseta y me pongo otra y luego otra. Seguidamente me quito los pantalones y me pongo una falda y después un vestido y, cuando la hora se me echa encima, acabo poniéndome el pantalón con la primera camiseta que había escogido. Me gusta creer que estoy guapa y que cuando los demás me miran les gusto. A mí también me agrada la gente que se preocupa por su aspecto. Por eso, si fuese un animal, querría ser un pavo real, como el de la foto de Begoña, pues no tendría que perder el tiempo para verme bien.

lunes, 5 de julio de 2010


Si fuera ciudad sería Oporto
Alejandro Moreno

En Oporto me pierdo. Una ciudad en la que me veo reflejado. Reservada, tranquila, solitaria, melancólica; no por eso menos bella. Si fuera ciudad sería Oporto. Una ciudad atrapada en su pasado que avanza con pequeños pasos hacia el futuro. Pero me quedo con su pasado, con esos tranvías que recorren calles llenas de historias, que recorren una ciudad maravillosamente pobre.
Alejandro Moreno.

viernes, 2 de julio de 2010


Reflejo en la laguna (Hinojal)
Eva Palencia

Me he comprado una nueva cámara de fotos. La que tenía antes era un dolor de muelas, me daba todo tipo de problemas y me exasperaba su forma de vampirizar las pilas y dejarme con la miel en los labios continuamente. Mi cámara nueva es una maravilla, una nikon D3000, y ahora estoy muy, muy, muy contenta. El pasado fin de semana fui a mi pueblo y me dediqué a hacer fotos, una tras otra, sin control. Fotografié la casa de mis padres, por dentro y por fuera, los fotografié a ellos, a mí misma, a mis hermanos y sobrinos, las plantas del jardín, el huerto, el campo ya seco, los cielos azules, los cerdos, la laguna... hice mil fotografías y aún así no me sacié y ahora, ya de vuelta, sigo con la cámara en la mano, sin poder parar.

jueves, 1 de julio de 2010


Un río
Jesús Díaz González

Yo también he introducido mensajes en botellas de cristal y dejado que la corriente las llevara a sitios lejanos donde cualquier extraño pudiese encontrarlas y abrirlas y leer mis palabras y conectar su pensamiento con el mio y así diluir esa sensación de soledad que a veces me paralizaba.