jueves, 5 de enero de 2012


Ovejas mirando el infinito
Eva Palencia

Esta mañana he salido a pasear. Hacía un día de ensueño, de esos de invierno con un sol que te hace pensar que las noticias mienten y que las cosas no podrían ser mejores. Me he tumbado en la hierba, al lado de unas ovejas, y he mirado en la misma dirección que ellas. He dejado de ser durante un tiempo incierto hasta que un corderillo se ha acercado a lamerme la frente. Lo he cogido como a un bebé y he inspirado su olor a flores, a lana, a campo. Seguidamente lo he soltado y se ha ido brincando para acabar bajo la ubre de su madre. He vuelto a casa como volvía a los ocho años, feliz y con ganas de comer.