martes, 25 de diciembre de 2012


El London Eye por la noche
Eva Palencia

He pasado cinco días en Londres junto a treinta y nueve alumnos. La experiencia ha sido potente, de esas que luego se quedan junto a ti especialmente por las noches, dentro de los sueños. Ha sido estresante, sorprendente y, sobre todo, vivificante. A lo largo de los años he paseado por Londres en momentos muy diversos y con personas muy diferentes y se ve que, por alguna extraña razón, Londres me añora de la misma forma en la que yo la anhelo.

domingo, 11 de noviembre de 2012


La Granja (Segovia)

Si pienso en el color del paisaje me quedo con el otoño, ningún otro momento del año me produce un placer tan inmenso como ese en el que las hojas están en proceso de transformación para caer al suelo y fundirse con la tierra.
Podría pasarme una tarde entera mirando un árbol, como ese que está a la derecha de la casa rosa. Creo que me he enamorado.

domingo, 9 de septiembre de 2012


Muro de piedra (Irlanda)
Eva Palecia

En las Islas de Aran sólo había rocas y viento. La gente que fue cubrió las rocas con algas y construyó muros para que el viento no las arrastrase y de esta forma cultivar patatas y sobrevivir. Los hombres salían a pescar y enormes olas volcaban sus barcas y desaparecían. Cuando el mar devolvía sus cuerpos éstos eran irreconocibles por lo que las mujeres comenzaron a tejer prendas con patrones propios para que así cada madre, o esposa, supiese a quién llorar.

sábado, 8 de septiembre de 2012


El cielo en las Islas de Aran
Eva Palencia

No soporto la factura del teléfono, los perros que no paran de ladrar, la gente que construye muros, un huevo a medio freír, los cambios continuos de la vida, esperar a que se me sequen las uñas, el domingo por la tarde, el ruido constante, el minuto interminable del microondas, el lenguaje soez, a mí misma cuando me obsesiono con ciertos pensamientos absurdos.

viernes, 7 de septiembre de 2012


El oeste de Irlanda
Eva Palencia

En Irlanda el tiempo es muy cambiante. Puede hacer sol, nublarse, llover, salir el sol de nuevo, aparecer el arcoiris, comenzar a hacer viento... Y todo en una mañana, o incluso en menos tiempo. Esta circunstancia permite que ciertos paisajes se conviertan en espectáculos inolvidables. En la Península de Dingle sucede esto continuamente, no en vano es un lugar frecuentado por pintores de todo el mundo. Recorriéndola pensé que necesito poco para ser feliz, sólo una montaña.

lunes, 3 de septiembre de 2012


Viajando por Irlanda
Eva Palencia

Viví en Irlanda hace muchos años, tantos que ya ni recuerdo el camino que recorría cada mañana para ir a la academia de inglés. Cuando miro las fotos de aquel tiempo compruebo que mis ojos siguen en el mismo sitio, mi nariz, mi boca, el pelo un poco más largo… pero ¿qué se conserva en mí de aquella persona? ¿Quién era yo entonces, qué me hacía reír, qué me ilusionaba, qué esperaba…? El tiempo es una bestia sin empatía.

viernes, 31 de agosto de 2012


Dingle Peninsula (Irlanda)
Eva Palencia

Ya he vuelto. He estado en muchos lugares y con muchas personas. Todo lo que he visto y lo que he sentido bulle dentro de mi cabeza y también de mi corazón. Me cuesta reconciliarme con la idea de que ahora tengo que sentarme, descansar, comenzar un nuevo curso... Me entristece un poco. Por otra parte tenía ganas de ver mi casa y dejarme acoger por ella. Ya estoy aquí, aunque a medias.

viernes, 29 de junio de 2012


Noche en la playa
Eva Palencia

Un día desperté, me incorporé en la cama y sonreí. Ya no sentía dolor. Y de golpe comprendí que la persona justa no existe. Ni en le cielo ni en la tierra, ni en ningún otro lugar. Simplemente hay personas, y en cada una hay una pizca de la persona justa, pero ninguna tiene todo lo que esperamos y deseamos. Ninguna reúne todos los requisitos, no existe esa figura única, particular, maravillosa e insustituible que nos hará felices. Sólo hay personas. Y en cada una hay siempre un poco de todo , es la la vez escoria y un rayo de luz.

De La mujer justa de Sándor Márai.

viernes, 27 de abril de 2012


Flores silvestres (Hinojal)
Eva Palencia

Hoy he hablado con mi amiga Teresa. Hacía un montón de tiempo que no sabía nada de ella y me ha gustado volver a oír su voz. Nos conocimos hace muchos años, muchísimos… Estudiábamos juntas en un internado, vivíamos juntas. Al acabar los estudios nos separamos y yo estuve por ahí y ella por allá. Casi por casualidad volvimos a vernos y la amistad que habíamos construido con quince años permanecía intacta. Quedábamos a menudo, pues vivíamos relativamente cerca, hasta que las circunstancias volvieron a establecer fronteras. Separadas, de nuevo, por cientos de kilómetros hablamos por teléfono e intercambiamos confidencias con la esperanza de que el destino nos vuelva a sorprender.

jueves, 26 de abril de 2012



Un trozo de casa (Hontanillas)
Eva Palencia.

Un día le pregunté a mi madre cuál había sido la época más feliz de su vida. Ella respondió, sin asomo de duda, "cuando erais pequeños". Yo me quedé un poco contrariada pues habría jurado que diría "cuando conocí a tu padre" o "cuando me casé" o quizás "cuando era niña". Pensativa recreé la imagen de mis hermanos y yo correteando por la casa.
Hoy mi hijo me ha preguntado lo mismo y yo no he sabido qué responder. Aún estoy dándole vueltas.¿Por qué fue tan fácil para ella?

lunes, 23 de abril de 2012


Eva Palencia (Cuevas del Valle)
Juan Miguel Fernández-Balboa

Soy muy feliz porque lo tengo todo. Tengo un hijo que crece sin cesar y que cada día es mejor persona. Tengo una casa que me acoge a pesar del poco tiempo que le dedico últimamente. Tengo a mis padres, a mis hermanos, a mis sobrinos y a mis amigos. Tengo a mis libros, detrás de mí ahora mismo, a mis cuadros por las paredes y a mis queridas plantas. No me olvido del pez, desterrado en el pueblo. Tengo un pasado muy intenso.Tengo un presente cálido lleno de días luminosos y de noches misteriosas. Tengo muchos sueños. Y te tengo a ti.
Gracias.

jueves, 19 de abril de 2012


Roca (La Dehesa de Hinojal)
Eva Palencia

Yo trabajo con personas jóvenes y alegres que juguetean, se besan, se enfadan y se amigan, dicen cosas graciosas, son pesadas muchas veces, lloran, no se conocen, sienten curiosidad, son ingeniosas, no escuchan, sonríen, hablan por los codos, son tiernas y delicadas, crecen rápido, tienen sueño a primera hora, piden perdón, no estudian, escuchan música, corren en vez de andar, cantan, se ponen tristes ... Trabajo con personas que están muy, muy vivas. Yo soy profesora.

lunes, 16 de abril de 2012



Ha nevado (Cuevas del Águila)
Eva Palencia


"La nieve caía sobre todos los lugares de la oscura llanura central, sobre las colinas sin árboles, caía dulcemente sobre el pantano de Allen y, más hacia el oeste, caía suavemente en las oscuras olas amotinadas del Shannon. Caía también sobre todos los lugares del solitario cementerio en la colina donde Michael Furey yacía enterrado. Yacía apelmazada en las cruces y lápidas torcidas, en las lanzas de la pequeña cancela, en los abrojos estériles. Su alma se desvaneció lentamente al escuchar el dulce descenso de la nieve a través del universo, su dulce caída, como el descenso de la última postrimería, sobre todos los vivos y los muertos".

De "Los Muertos" de James Joyce


Cuevas del Valle (Ávila)
Eva Palencia

Si deja de llover y se acaba el agua ya no habrá arroyos, ni ranas, tampoco encinas con nidos. Si algún día las nubes se mueren, este campo desaparecerá y no podremos llorarlo.

jueves, 29 de marzo de 2012


Una gallina (Hontanillas)
Eva Palencia

Un día mi padre me trajo un perro. Por lo visto se lo habían dado en una finca a la que había ido a recoger estiércol. Era pequeño y negro, con cara de bueno. Yo lo cogí y lo apreté hasta que empezó a revolverse, agobiado por mi abrazo. Esa noche me fue difícil dormir por la emoción. A la mañana siguiente me desperté antes de tiempo y me fui a verlo.
Cada día, al volver de la escuela, lo sacaba a pasear atado, pues Tom, que así se llamaba mi perro, tenía debilidad por las gallinas que se contoneaban por las calles del pueblo. Para que no se despistase corriendo detrás de ellas comencé a irme al campo, por el camino del cementerio, y por allí lo soltaba y él brincaba como las cabras que se acercaban curiosas a verlo.
Fueron días increíbles en los que tuve un sentimiento de plenitud. Tenía un ser vivo que me pertenecía por completo y al que parecía gustarle. Tom era tierno y adorable y yo pensaba todo el día en él y sentía cosas que aún no sabía descifrar.

lunes, 26 de marzo de 2012


Hontanillas (Guadalajara)
Eva Palencia

El sábado fuimos a Hontanillas. Hacía un sol primaveral y comimos en el campo. Después recorrimos el pueblo empezando por el cementerio. Nada más entrar encontramos la lápida de la maestra ahogada y escuchamos su historia. A partir de ese momento comenzamos a sentir su presencia junto a nosotros. Bajamos a las bodegas, para sentir la frescura y escuchar el sonido de las paredes. Recorrimos la iglesia en ruinas, fotografiando los arcos aún en pie y ya de vuelta, por el bosque, acariciamos los árboles. Antes de partir estuvimos visitando el huerto, las gallinas y las casas de nuestros amables amigos.
Me gustan los pueblos abandonados y aún más la gente que decide vivir en ellos.

domingo, 18 de marzo de 2012



En la parra del patio de mis padres (Hinojal)
Eva Palencia

Lo reconozco, lo mio son las plantas. Puedo pasarme horas y más horas contemplándolas. Las dibujo, las fotografío, las colecciono, las regalo, las riego, las acaricio y, de vez en cuando, les pongo música (las variaciones Goldberg que es lo que más les gusta). Hace ya mucho tiempo que comenzó esta relación, más de quince años y no miento si digo que soy una experta en plantas. No me interesan los nombres ni la parte científica del tema, mi especialidad son los sentimientos.

Vino rojo
Eva Palencia

Tenemos muchos sentidos: el de la vista, el oído, el olfato, el gusto,el tacto, la intuición (que es el sexto sentido), el sentido del equilibrio, el del deber, el sentido común... un montón.
Si me preguntas cual prefiero no lo dudo: me gusta ver.

Paseando (Cabanillas del Campo)
Eva Palencia

Puede que te quiera con toda mi alma, con el corazón, con mi estómago; es muy posible. Puede que me haya acercado tanto a ti que si te pierdo me pierda. Quizás los intentos de mantenerme distante, de vez en cuando, de dar un paso atrás, casi a diario, no hayan servido de mucho. Puede que tú no me quieras y que dentro de un tiempo me toque vagar de nuevo, perdida en el espacio. Puede... pero no importa.

sábado, 17 de marzo de 2012


Marzo
Eva Palencia

Ya hace dos años que comencé este blog. No sé muy bien por qué lo hice, puede que necesitase hablarme y con la excusa de lanzar fotos y palabras al infinito, comenzase a tenerme un poco más en cuenta, a escucharme. En realidad no sé quién está al otro lado, si tengo mucha compañía o muy poca,lo que he descubierto es que escribir, escribirme, me ayuda y me cura cuando me vuelvo melancólica y pienso en la dificultad que tengo, que he tenido siempre, para conectarme a los demás.

martes, 6 de marzo de 2012


Peras (lápiz sobre papel)
Eva Palencia

A menudo llamo a mi madre. Le cuento si me he acatarrado, lo que voy a cenar, lo que hice el fin de semana. También le hablo de Samuel, pues ella siempre me pregunta. Se preocupa por él en la distancia, lo cuida, me aconseja. Yo le pregunto cómo se encuentra y ella me responde y entonces le pregunto por mi padre, que nunca coge el teléfono porque no oye bien. A veces, como esta noche, me da malas noticias: Juanjo, mi vecino, ha muerto. Yo pienso en él y me viene la imagen de un niño tímido e inocente. Me entra una gran tristeza, una pena inmensa...
Espero que seas feliz.

lunes, 5 de marzo de 2012


Otro cielo
Eva Palencia

Fuimos al Burguer King, como hacíamos antes, y mientras él se acercó a pedir un helado, yo me quedé mirando a unos niños que jugaban en el tobogán. Me fui al pasado y apareció Samuel, con cinco años. Él subía y se tiraba una y otra vez, enérgicamente. Yo lo esperaba hasta que se hartaba.
Volvió con el helado y regresé al presente. Allí estaba de nuevo, tan cambiado y tal igual. El tiempo no es más que un truco, pensé, y aún sabiéndolo no puedo evitar el engaño.

Cualquier día de abril (Bañolas)
Eva Palencia

Hoy le contaba a mis alumnos que me gustó salir de mi pueblo. Les decía que quería sentirme anónima y allí no podía. Sin embargo, ya lejos, había cosas que añoraba y, entre todas ellas, mi conocimiento del campo.
Aquí no lo encuentro. Las tierras que me rodean no son mi campo, no se filtran a través de mis pies ni me acarician las mejillas cuando me tumbo en la hierba. No me conocen y no me quieren.
En realidad no sé adónde ir cuando quiero soltarme.

lunes, 27 de febrero de 2012


Ha helado
Eva Palencia

Abrazando a tus hijos pequeños.

Abrazando a tu mujer.

Tus pies descalzos en el suelo frío cuando te levantas de la cama y vas a la ventana. Tienes sesenta y cuatro años. Afuera, la atmósfera es gris, casi blanca, no se ve el sol. Te preguntas: ¿Cuántas mañanas quedan?

Se ha cerrado una puerta. Otra se ha abierto.

Has entrado en el invierno de tu vida.


De Diario de invierno de Paul Auster.

Una pequeña sorpresa
Eva Palencia

Ya estoy muy impaciente. A medida que se acerca el día lo paso peor porque me pongo nerviosa y me entra cierta angustia que no puedo controlar.Falta muy poco y por ello el tiempo ha comenzado a dilatarse. Por las noches tengo pesadillas, de esas que se pegan a los poros de la piel y que permanecen cuando deberían de haberse quedado acostadas, en la cama. No queda nada.

jueves, 5 de enero de 2012


Ovejas mirando el infinito
Eva Palencia

Esta mañana he salido a pasear. Hacía un día de ensueño, de esos de invierno con un sol que te hace pensar que las noticias mienten y que las cosas no podrían ser mejores. Me he tumbado en la hierba, al lado de unas ovejas, y he mirado en la misma dirección que ellas. He dejado de ser durante un tiempo incierto hasta que un corderillo se ha acercado a lamerme la frente. Lo he cogido como a un bebé y he inspirado su olor a flores, a lana, a campo. Seguidamente lo he soltado y se ha ido brincando para acabar bajo la ubre de su madre. He vuelto a casa como volvía a los ocho años, feliz y con ganas de comer.