Volar
Luis Obispo

Hay gente que sueña que está volando. Moviendo los brazos, o con ellos extendidos hacia delante, se desliza sobre las ciudades y pueblos, sobre los campos y por encima de las montañas. Cuando despierta siente cierta decepción al comprobar que sólo era un sueño.

Piedras y el mar (Lanzarote)
Eva Palencia

Ha pasado mucho tiempo desde ese día en que lentamente te metiste en el agua y desapareciste. Yo me quedé sentada en la arena sin reaccionar, pensando que sólo querías refrescarte un poco.
Sigo en la arena, sentada, y aunque no has vuelto te siento a mi lado.
Quiero que te vayas, que te busques otro sitio para mirar el mar.

Cielo (Rusia)
Paloma Gonzalo Lara

Tengo unas gafas de sol mágicas, con ellas los colores son más vivos, más independientes, más rotundos. La primera vez que me las puse lloré; el mundo se había transformado y había pasado de una palidez desvaída a una explosión de sensaciones oculares que me capturaban por completo. Siempre voy con mis gafas, tengo miedo de quitármelas y comprobar que todo es una ilusión y que la relidad sigue siendo blanquecina.

Plata (Rusia)
Paloma Gonzalo Lara

El agua no siempre es azul, tampoco el cielo. Una vez salí a navegar en un velero, antes de que saliese el sol. Poco a poco los rayos comenzaron a asomar y el mar se tiñó de blanco, de un blanco plateado. Justo en ese momento entendí a Sorolla y también comprendí que las cosas no son lo que parecen a primera vista pues al ser iluminadas por una luz diferente se transforman completamente.

Un corazón (Alemania)
Eva Palencia

¿Qué es el amor?

Pájaros (Hinojal (Cáceres))
Xavi Crespo

En Hinojal aún hay pájaros, muchos pájaros, que se posan a veces en los cables de la luz que cruzan las calles. Permanecen así largos minutos hasta que el ruido de algún coche los asusta y volando se manchan hacia las encinas de los campos cercanos.

Mockba (Rusia)
Paloma Gonzalo

No hay nada tan estimulante como viajar. Yo también quiero ir a Rusia e incluso me gustaría hacer como Paloma, aprender ruso.

Atardecer en el Tajo (Cáceres)
Eva Palencia

Cuando era pequeña pasaba las tardes de verano bañándome en el Tajo. Me metía a las cinco, después de hacer la digestión, y salía no antes de las ocho y media, con los dedos arrugados y escamas por todo el cuerpo. Jugaba con mis primos en la orilla a ballenas y sirenas y cuando mi tio se cansaba de pescar volvíamos a casa.

Campanario de Madrigalejo (Cáceres)
Choco

Alguien se ha escondido y observa el pueblo desde lo alto. La noche cae y el extraño acaba durmiéndose entre el vuelo de las palomas. Un rayo de sol se estampa en su frente y unos pasos ascienden por la empinada escalera, se detienen, cogen aire y la puerta, que nunca llegó a cambiarse, chirría.

Nevada
Eva Palencia

Sonó el timbre y era una amiga con ganas de jugar en la nieve. Salimos con los niños hacia la pendiente que hay al final del camino. Subieron al trineo y comenzaron a lanzarse por turnos. Nosotras también nos lanzábamos. Las manos se me helaban pero no importaba. Mi hijo tenía una sonrisa de elefante.

Molinos de viento
Samuel Rodríguez


Cuando Don Quijote vio estos molinos no dudó en empuñar su lanza y luchar contra ellos. Cuando yo veo los modernos molinos de viento me asusto porque me parecen ejércitos de gigantes alienígenas. Soy una cobardica.

Tela de araña
Luis Obispo

Es una suerte tener una mirada que pueda captar la belleza de las cosas que suelen pasar desapercibidas, porque son pequeñas, porque nada ofrecen aparentemente. Sin embargo, hay quien sabe ver diamantes en telarañas.

Venecia
Eva Palencia

Lo que adoro de esta ciudad en peligro de extinción es despertar con el ruido de las palomas, de las pisadas de la gente, de las voces de los niños. Venecia es otra de mis ciudades.

Rosa
Luis Obispo

Ya ha llegado la primavera y por suerte el sol ha comenzado a brillar. Siento una felicidad inmensa paseando por un campo más verde que nunca, salpicado del color de las flores, del cantar de los pájaros, de esa armonía que transmite a veces la naturaleza.

Puente sobre el Támesis (Londres)
Eva Palencia

Londres es una de mis ciudades. Viví allí hace mucho tiempo, tanto que en esos momentos aún creía que las historias siempre acaban bien. Vuelvo casi cada año, para recuperar parte de la persona que yo era entonces y que me gustaría seguir siendo.