domingo, 20 de enero de 2013


Heridas
Eva Palencia

Pasó el fin de semana fuera y al regresar, por el estrés de la semana que comenzaba, se olvidó se regar la planta . Debido a las temperaturas invernales Juan cogió frío y tuvo que pedir la baja y meterse en cama durante un par de días, hasta que la fiebre remitió. La planta comenzó a secarse sin que él se percatase de ello. Cuando lo advirtió aún no era demasiado tarde y la regó y estuvo bastante pendiente para intentar salvarla. Finalmente lo consiguió pero la planta nunca volvió a recuperar el vigor y la belleza de antes. Algunas de sus hojas mostraban su descuido y su olvido. Desgraciadamente, de nada le sirvió esta experiencia puesto que, al cabo de poco tiempo, la historia se repitió de nuevo pero, esta vez, la que empezó a secarse fue su novia.

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