
Niebla
Jesús Díaz González
Salí de casa dando un portazo para que mi madre supiera que me había enfadado. No pensaba volver. Caminé hasta que me entró sed, hambre, frío y miedo. Se hizo de noche y me quedé dormida junto a un rio. Al despertar había niebla y me quedé mirando el agua sin saber si era real. Cuando la niebla se esfumó decidí regresar.
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