viernes, 23 de julio de 2010


Noche (Berlín)
Paloma Gonzalo Lara

Las grandes ciudades desprenden una fuerte carga de agresividad. Tantos estímulos hacen que el corazón lata con demasiada rapidez. Edificios inabarcables, luces persistentes, locales siempre abiertos, ruidos inagotables... todo contribuye a la aceleración del ritmo vital. La vida transcurre sin pausas, se sucede como loca, con la inconsciencia que tanto aturdimiento provoca y buscando esa inconsciencia pues pararse a pensar podría ser peligroso.

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