
La cueva (El Barranco de la Hoz, Molina de Aragón)
Jesús de los Reyes
Habíamos comenzado a descender por un camino estrecho y pedregoso. Tomamos una bifurcación y en un instante penetramos en la cueva. Era grande, como un palacio de múltiples dependencias, y estaba oscura y fría. En el suelo, un manto de pequeñas hojas color esmerada se mecían con el aire atrapado de un millón de años, buscando la luz, suplicando compañía. Me acerqué y me dejé acariciar.
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