martes, 22 de junio de 2010


Alas de mariposa
Luis Obispo

Durante la siestas del verano se juntaba con sus primos y, entre cuchicheos, cazaban moscas, les quitaban las alas y las posaban en su brazo para disfrutar del cosquilleo de sus andares. Cuando aparecía su madre, malhumorada por el ruido que ellos creían no hacer, su brazo estaba totalmente cubierto de moscas desaladas y esto enfurecía aún más a su progenitora y no quedaba más remedio que huir en estampida esquivando una zapatilla tras otra.

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