miércoles, 1 de mayo de 2013

La Puente (Hinojal)
Eva Palencia


En la revisión de las dieciséis semanas el ginecólogo me desveló que tendría otro niño. Yo había fantaseado con la idea de tener una hija esta vez. Pensaba en comprarle ropa bonita, en trenzarle el pelo como hacía mi madre cuando yo era pequeña, en que me acompañase a ir de tiendas al hacerse más mayor, en compartir con ella las tribulaciones típicas del sexo femenino. También, tengo que reconocer, aunque me pese, que subyacía  en mi la idea de que los hijos son más independientes y llega un momento en el que no quieren saber mucho de sus familias de origen y las hijas, por otra parte, son más fieles y nunca se van del todo. No tenía mucho sentido que  después de tanto trabajo, renuncias y entrega  ellos se marchasen y sólo quedase la llamada de teléfono de los domingos y las reuniones navideñas. ¿Merecía realmente la pena? 
Como siempre, me anteponía a los acontecimientos.

De Cuando cierro los ojos  de Eva Palencia

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